BLOG

Teoría del Triaje (segunda parte)

El siguiente es un resumen del articulo publicado en el Proceedings of the National Academy of Sciences, escrito por el Bruce Ames, PhD.

La teoría del triaje proporciona una justificación unificadora de por qué las deficiencias modestas de vitaminas y minerales (insuficientes para provocar síntomas evidentes de deficiencia grave) pueden contribuir significativamente al proceso de envejecimiento y enfermedades crónicas y degenerativas. 

Debido a que las deficiencias de nutrientes son muy frecuentes en los Estados Unidos (y en otros lugares), la suplementación adecuada y/o una dieta mejorada podrían reducir gran parte del riesgo consiguiente de enfermedades crónicas y envejecimiento prematuro. Además de los ejemplos de vitamina K y selenio como micronutrientes esenciales y de longevidad, tres ejemplos adicionales son la vitamina D, los ácidos grasos omega-3 marinos (DHA/EPA) y el magnesio. Los niveles de cada uno de estos son inadecuados en un gran porcentaje de la población estadounidense, y estas deficiencias contribuyen en gran medida al envejecimiento no saludable.

Vitamina D Los niveles de vitamina D son inadecuados en el 70% de la población de los Estados Unidos. Durante mucho tiempo, la vitamina D se consideró responsable únicamente de la protección contra el raquitismo, pero ahora se ha demostrado que participa en una gran variedad de funciones, se han encontrado alrededor de 2.700 sitios de unión en el genoma humano que interactúan con la proteína receptora de vitamina D. Amplia evidencia muestra que la deficiencia de vitamina D causa, o se ha asociado con una gran cantidad de enfermedades que afectan el envejecimiento saludable, como la mortalidad por todas las causas, el cáncer, las enfermedades cardiovasculares (ECV), la diabetes, la función cerebral, etc. 

Se ha desaconsejado la suplementación con vitamina D, que evitaría y aliviaría algunos de estos problemas, por dos razones: temor a la toxicidad (en estudios más antiguos) y numerosos ensayos clínicos inadecuados. La evidencia más reciente sobre el efecto de la vitamina D en la mortalidad por todas las causas reemplaza estos estudios de toxicidad y concluye que no hubo un aumento del riesgo incluso cuando los niveles sanguíneos de 25(OH)D eran tan altos como 100 ng/mL.

El uso de ensayos clínicos aleatorizados (ECA) para estudiar el efecto de los nutrientes, a diferencia de los ensayos con medicamentos, puede estar sujeto a malas interpretaciones a menos que el nivel del nutriente se mida tanto antes de que comience la suplementación como al final. Esta precaución es necesaria porque muchos de los sujetos pueden no tener deficiencia del nutriente que se está probando y la cantidad suplementada puede ser insuficiente para elevar los niveles adecuadamente. La ausencia de tales mediciones puede conducir a resultados negativos erróneos.

Ácidos Grasos Omega-3 Marinos, DHA y EPA. La ingesta de estos compuestos es inadecuada en la mayoría de la población de los Estados Unidos. Se encontró que los niveles bajos de EPA y DHA en los glóbulos rojos estaban asociados con una mayor mortalidad por todas las causas en un estudio de 6501 mujeres ancianas seguidas durante 14,9 años. Un metaanálisis informó que cada aumento del 1 % en el DHA/EPA plasmático se vinculó con una disminución del 20 % en el riesgo de mortalidad por todas las causas.

Magnesio La deficiencia de Mg afecta aproximadamente al 45 % de la población de los Estados Unidos y se ha asociado con un aumento de la mortalidad por todas las causas, una mala capacidad de reparación del ADN, un mayor riesgo de cáncer de pulmón y otros tipos de cáncer, enfermedades cardíacas, acortamiento de los telómeros y riesgo de accidente cerebrovascular.

Una revisión reciente sobre los efectos subclínicos de la deficiencia de Mg argumenta que esta deficiencia es el principal impulsor de las enfermedades cardiovasculares, un problema poco reconocido en todo el mundo y, por lo tanto, es una importante crisis de salud pública. 

  1. Ames, B. (2018). Prolonging healthy aging: Longevity vitamins and proteins. PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences) 115(43), 10836–10844.